Dicen que situándose en la frontera es donde se puede apreciar mejor la diferencia. Es allí donde todo es más ambiguo y el juicio puede ser más ecuánime. Dicen también que una de esas fronteras, la del día y la noche, es la que abre la brecha del otro mundo, por eso los atardeceres suelen ser tan hipnóticos, porque derrochan belleza que se sabe que dura muy poco.
Una vez quedamos invadidos por la noche toda nuestra realidad cambia y a la vez eso nos transforma. Lo que se muestra con éstas fotografías es la cara desconocida de nuestra realidad cotidiana, una extraña mezcla de Naturaleza y Civilización que da origen a un nuevo concepto, la 'Naturbaleza'.
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